¿Alguna vez has creado un material literario o tomado una foto espectacular para compartir con el mundo, solo para descubrir que alguien más ha robado tu contenido y lo ha reclamado como propio? Esta situación no solo es frustrante, sino que también desmotiva a cualquiera que pone esfuerzo, creatividad y pasión en su trabajo. Lamentablemente, en la era digital, el plagio y el uso no autorizado de contenido se han vuelto problemas comunes, especialmente en comunidades donde se comparten conocimientos y experiencias, como la cartomancia.

Alguien sin conocimiento común, ni de lo que implica la ley respecto a los derechos de otros cartomantes, podría pensar: “Si está en Internet, es gratis y es de todos”. Pero no, no es precisamente así. La realidad es que hay un límite claro entre lo que se puede compartir libremente y lo que constituye un plagio. Y es precisamente esta diferencia la que quiero compartir contigo en este blog.

Mis Anécdotas Personales:

Cuando no había material en castellano sobre el oráculo Lenormand, varios de nosotros que teníamos conocimiento del inglés y acceso a libros en ese idioma, nos tomamos la tarea de traducir y crear contenido literario para compartir. Uno piensa: “Lo creo, le pongo mi nombre y queda protegido, ¿verdad?” Esa era mi mentalidad en 2014 cuando empecé a crear material literario sobre Lenormand. Pero rápidamente descubrí que el hambre de conocimiento de algunos los llevaría al delito del plagio puro y duro.

Como les ha pasado a tantos creadores, mi material fue compartido, plagiado y hasta transformado más allá de mis ideas originales, quizá con la intención de añadir un sensacionalismo que no existía en mis escritos. Lo curioso es que en esa época tenía la peculiaridad de escribir mitad en español y mitad en inglés, lo que llamamos “Spanglish”, junto con errores gramaticales y ortográficos. ¿Sabes qué es lo gracioso? ¡Los que me plagiaron no se tomaron ni el trabajo de corregir esos fallos! Aún recuerdo encontrar una de mis obras con el nombre cambiado al de la plagiadora, pero con todos mis errores intactos. Asumo que, además de ladrona, no era muy hábil para editar el material.

Cuando la confronté, de manera ligera y en tono de broma, su reacción automática fue bloquearme en Facebook. Un típico comportamiento de los ladrones digitales. El robo de mis escritos fue tan masivo que la frustración me llevó a dejar de crear contenido durante varios años, e incluso me quitó las ganas de escribir un libro sobre Lenormand. A lo largo del tiempo, también vi cómo se robaban videos tutoriales que había creado, aunque algunos pidieron permiso por escrito, lo cual siempre concedí bajo la condición de que se me acreditara como autora.

Más recientemente, experimenté un caso similar, pero esta vez fue con imágenes que yo misma había tomado con mi cámara. La ladrona no solo usó esas fotos de mi blog para presumir que enseñaba Lenormand, sino que además omitió mi nombre y el origen de la foto. Uno de mis estudiantes reconoció la imagen y le llamó la atención a la chica. ¿Su excusa? “Nadie es dueño de una información general sobre Lenormand.” Ese comentario me hizo reflexionar: ¿Hasta dónde llega la protección de los derechos de autor sobre información general de Lenormand? ¿Dónde están mis derechos cuando tomo esa información general y, mediante mi percepción y experiencia, creo una obra literaria única?

¿Qué Son los Derechos Reservados y la Propiedad Digital?

Antes de compartir cómo logré proteger mi contenido, es importante entender qué son los derechos reservados y la propiedad digital.

En términos simples, los derechos reservados (o “copyright”) son una forma de proteger las obras originales de un autor, ya sean literarias, artísticas, musicales o digitales. Esta protección le otorga al creador el control exclusivo sobre cómo se usa, reproduce y distribuye su trabajo. En el entorno digital, la propiedad digital cubre todo, desde fotografías, textos y videos hasta gráficos y diseños creados para su uso en línea.

La propiedad digital es una extensión de los derechos de autor, enfocada en el contenido que se encuentra en plataformas como blogs, redes sociales, sitios web y más. Tener “todos los derechos reservados” significa que nadie puede usar tu contenido sin tu permiso, ya sea que se trate de imágenes, textos o cualquier tipo de creación digital.

Ejemplos Notorios de Infracciones Digitales

Para ilustrar cómo estas infracciones han sido tratadas legalmente, aquí algunos casos históricos que marcaron un precedente:

1. Caso de Napster (2000): Aunque relacionado con la música, este caso es un ejemplo clásico de cómo el uso y distribución no autorizada de contenido digital puede llevar a acciones legales. Napster, una plataforma para compartir música, fue demandada por infracción de derechos de autor y finalmente cerrada. Mas información: Napster copyright infringement case 2000
2. Caso de Getty Images: Getty Images, una de las plataformas más grandes de imágenes con derechos de autor, ha perseguido legalmente a múltiples personas y empresas que han utilizado sus fotos sin licencia, exigiendo pagos por violar los derechos de autor. Mas información: Getty Images copyright infringement cases
3. Caso Shepard Fairey (2012): El creador del icónico póster “Hope” de la campaña de Barack Obama fue demandado por usar una foto sin permiso, violando derechos de autor. El caso resaltó cómo la apropiación indebida de imágenes, incluso si se modifican, sigue siendo una infracción. Mas información: Shepard Fairey Hope poster copyright case

¿Cómo Afecta Esto a los Creadores de Contenido en la Cartomancia?

En la comunidad de cartomancia, el robo de contenido es una realidad frecuente, desde textos hasta imágenes y videos. El simple hecho de que algo esté en internet no significa que sea de uso libre. La forma en que alguien organiza, expresa y presenta el conocimiento, ya sea en un texto, una fotografía o un video, es una creación original protegida por la ley. Ignorar esto no solo es un acto de falta de ética, sino que también puede tener consecuencias legales.

Mi Plan de Acción contra el Plagio

En un principio, comencé colocando un encabezado y notas con la dirección de mi sitio web al final de mis escritos. Sin embargo, me di cuenta de que eso no era suficiente. Luego, opté por añadir marcas de agua sobre mis imágenes y documentos. Aunque esto logró detener a algunos, los más audaces entre los ladrones digitales encontraron la manera de eliminar las marcas con programas más sofisticados. Ante mi frustración, busqué asesoría legal, pero descubrí que las protecciones legales para el dominio digital son mínimas, cuando no inexistentes.

Fue entonces cuando una colega cartomante me recomendó SafeCreative, una compañía internacional que se especializa en licenciar trabajos literarios digitales. Esta licencia otorga más derechos para poder reclamar ante plataformas o individuos que usan contenido sin permiso.

Este paso me ayudó a proteger una de mis creaciones más preciadas, el “Alumni’s Lenormand”. En una ocasión, descubrí que este mazo estaba siendo vendido en Mercado Libre en Argentina sin que yo recibiera ningún beneficio, a pesar de que utilizaban mi nombre. Gracias a la licencia de derechos de autor, logré que la plataforma eliminara el producto de su sitio. Hoy en día, sigo utilizando esta compañía, pero además me aseguro de integrar mis obras en todas las plataformas en las que tengo presencia, para generar conciencia y establecer un registro claro de quién publicó qué y cuándo.

Si bien estas medidas han ayudado a frenar un poco el robo descarado, no han resuelto el problema por completo. Es una batalla constante entre los creadores y los ladrones digitales. Y sé que no estoy sola en esto; somos muchos los que hemos sido víctimas de robos intelectuales y digitales. Cada uno de nosotros sigue luchando y reinventando nuestras tácticas de protección, adaptándonos constantemente a las nuevas formas de plagio.

La Batalla Continúa, pero Vale la Pena

Sé que la batalla contra la piratería digital es constante y, a veces, parece interminable. Sin embargo, también tiene sus momentos de recompensa. Con el tiempo, al mantenerme firme en la protección de mi trabajo, he visto cómo aquellos que realmente valoran mi esfuerzo y creatividad no solo reconocen mi contenido, sino que también salen en mi defensa cuando no estoy al tanto del plagio. Esto es un recordatorio de que, aunque existan quienes buscan tomar atajos, siempre habrá quienes aprecian y respetan el verdadero trabajo original.

Es importante mencionar que herramientas como Safe Creative no solo te permiten licenciar obras literarias, sino también contenido visual, como diapositivas, libros y presentaciones. Esta plataforma, con sede en España, tiene un alcance internacional y es especialmente útil para proteger tu trabajo en USA, Europa y países latinoamericanos. Si eres un creador comprometido, considera dar este paso adicional para proteger tu esfuerzo y asegurarte de que tu voz y tu visión se mantengan intactas.

Recuerda que proteger tus creaciones es un acto de respeto hacia ti mismo y hacia tu oficio. La creatividad auténtica merece ser defendida, y con las herramientas adecuadas, podemos seguir compartiendo nuestras pasiones sin temor a que nos las arrebaten.

No te olvides de seguir este blog y seguirme en mis redes sociales! Espero que este contenido haya sido de provecho para crear conciencia sobre la protección de tu trabajo creativo.

Bendiciones a todos,
Liz Figueroa
Instructora Lenormand